5 maneras de volver a enfocarte si has perdido el norte
Para tener éxito es importante saber qué es eso a lo que consideramos éxito. Para alguien puede ser pasar la materia con la que tiene dificultades en la universidad, así sea con la nota mínima, para otros puede ser tener las mejores calificaciones de su curso y otros tienen que esperar graduarse para sentir que alcanzaron el éxito, por colocar el ejemplo académico.
Si no tenemos claro qué es el éxito para nosotros nunca sabremos qué tan lejos o cerca estamos de él y menos aún, si lo alcanzamos. Por eso no podemos encasillar el éxito en una sola cosa, ya que toma distintas formas depende de la persona. Eso sí, para lograrlo, uno de los aspectos que más influyen es la seguridad que tengamos en nosotros mismos de hacerlo. Es decir, que nos sintamos capaces de alcanzarlo. Estos ejercicios te servirán para aumentar el poder de tus pensamientos y usarlos a tu favor.
Una vez que ya sabes qué es lo que quieres lograr para considerar que tuviste éxito en alguno de los múltiples aspectos de tu vida, es necesario que tomes ese objetivo y no lo pierdas de vista para que su visión te motive día a día a trabajar por eso que deseas. El asunto es que muchas veces los obstáculos que se aparecen en el camino logran que desviemos nuestra atención de la meta y la pongamos en las problemáticas cercanas.
Esto hace que en ocasiones nos sintamos desmotivados y nuestra buena actitud se vea afectada, trayendo otras consecuencias como los pensamientos derrotistas y las ganas de abandonar lo que estamos haciendo.
Para que esto no te ocurra, necesitas mantener el enfoque. A continuación, verás algunas maneras que te ayudarán a recuperarlo cuando creas que lo has perdido o estás a punto de soltarlo:
1.- Ten recordatorios. Puede ser en tu cuarto, tu casa, oficina, automóvil o donde sea. Coloca recordatorios de eso que quieres lograr para que cada vez que los mires tengas presente cuál es la finalidad por la que haces todo ese esfuerzo. Puedes elegir una pequeña foto, figura o incluso algo simple, no tiene que ser algo demasiado elaborado. Si eliges un color que identifique tu meta, al verlo te funcionará muy bien.
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Con esto no quiero decir que te obsesiones, sino que tengas presente lo que desees lograr, para que en aquellos momentos en los que no estés trabajando directamente en ello al menos le estés poniendo energía mental.
2.- Trabaja en ello a diario. Quizá pienses que no siempre tengas algo que hacer con respecto a tu meta, pero siempre habrá aunque sea una pequeña cosa que puedas hacer. Esto te ayudará a sentir que estás encaminada y a no olvidar lo que te impulsa.
Dedica diariamente aunque sea unos minutos a trabajar en pro de tu meta. Por supuesto que en algunos momentos requerirá que inviertas más tiempo. A lo que voy, es que todos los días debes poner mínimo un granito para lograr el castillo de arena que quieres tener construido al final de la jornada.
3.- Apóyate en las herramientas necesarias. No tengas miedo de pedir ayuda, esto te facilitará mucho las cosas. Hacerlo todo tú sola no quiere decir que tendrás más mérito al final. Existen herramientas de las que puedes echar mano para recuperar tu enfoque, por ejemplo, aplicaciones de productividad como Google Keep, Evernote, Producteev, Trello, entre otras son geniales para recordarte tus tareas e incluso gestionar actividades en equipo.
Si tienes un teléfono inteligente avanzado úsalo también, los asistentes como Siri, Hound o Google Now son poderosos y pueden facilitarte diversas actividades para que ahorres tiempo e inviertas energía en cosas más importantes que requieran tu total atención.
4.- Haz una lista. Si crees que ya estás muy cerca de claudicar, haz un listado de todo lo que has aprendido hasta ahora gracias a esa meta que te pusiste. También incluye qué es lo que obtendrías cuando alcances esa meta, así podrás hacerte con toda cabalidad la siguiente pregunta: ¿Estás dispuesta a renunciar a eso solo porque el camino se haya puesto complicado?
Es necesario recordar que la razón por la que mucha gente no obtiene lo que desea es porque no está dispuesta a hacer lo que se requiere ¿Eres tú de ellos? ¿O preferirás ser de los que se mantendrán firmes y darán lo mejor de sí por más difícil que sea?
Esta lista la puedes repasar una vez a la semana e ir agregando nuevos ítems a medida que vaya pasando el tiempo. Cuando logres tu objetivo podrás hacer un balance de todas las cosas buenas que te dejó durante el proceso.
5.- Lee. La lectura es una herramienta excelente para aprender y crecer. Además, existen muchos libros que no necesariamente tienen que ser de autoayuda para motivarte. Puedes incluso leer libros que te entretengan y te pongan de buen humor listo para volver renovada a tus responsabilidades.
¿En cuáles de estos puntos comenzarás a trabajar desde hoy? ¿Cuáles han sido tus retos a la hora de enfocarte? ¡Te leo! 😀