Mamá te estoy mirando…
“Cuando pensabas que no te veía..Cuando pensabas que no te veía, te vi pegar mi primer dibujo en el refrigerador, e inmediatamente quise pintar otro.
Cuando pensabas que no te veía, te vi arreglar y disponer de todo en nuestra casa para que fuese agradable vivir, pendiente de detalles, y entendí que las pequeñas cosas son las cosas especiales de la vida.
Cuando pensabas que no te veía, te escuché pedirle a Dios y supe que existía un Dios al que le podría yo hablar y en quien confiar.
Cuando pensabas que no te veía, te vi preocuparte por tus amigos sanos y enfermos y aprendí que todos debemos ayudarnos y cuidarnos unos a otros.
Cuando pensabas que no te veía, te vi dar tu tiempo y dinero para ayudar a personas que no tienen nada y aprendí que aquellos que tienen algo deben compartirlo con quienes no tienen.
Cuando pensabas que no te veía, te sentí darme un beso por la noche y me sentí amado y seguro.
Cuando pensabas que no te veía, te vi atender la casa y a todos los que vivimos en ella y aprendí a cuidar lo que se nos da.
Cuando pensabas que no te veía, vi como cumplías con tus responsabilidades aún cuando no te sentías bien, y aprendí que debo ser responsable cuando crezca.
Cuando pensabas que no te veía, vi lágrimas salir de tus ojos y aprendí que algunas veces las cosas duelen, y que está bien llorar.
Cuando pensabas que no te veía, vi que te importaba y quise ser todo lo que puedo llegar a ser.
Cuando pensabas que no te veía, aprendí casi todas las lecciones de la vida que necesito saber para ser una persona buena y productiva cuando crezca.
Cuando pensabas que no te veía, te vi y quise decir: ¡Gracias por todas las cosas que vi, cuando pensabas que no te veía! “
Autor Desconocido
Es momento de reaccionar
Nuestros hijos no necesitan que le estemos diciendo continuamente que hacer o cómo actuar pues están viendo el mejor ejemplo en vivo de cómo vivir: Nosotros.
Es momento de detenernos y analizar de qué forma estamos pensando, qué estamos diciendo y qué estamos haciendo, con el objetivo de construir niños felices y sanos emocionalmente.
Día a día me sorprendo con algunas de las acciones de mi hijo donde veo que imita mis acciones y ya algunas se han vuelto parte de su programación y de sus hábitos. Me enorgullece verlo feliz y que pocas cosas lo hacen entrar en rabietas porque la verdad es que siempre me he esmerado en suplir sus necesidades a tiempo, hablarle mucho de como son las cosas y trato de hacer lo correcto en especial delante de el.
No subestimes el poder de absorción y aprendizaje de tu hijo porque sea pequeño, toma en cuenta que tienes una esponja en tu mano que absorberá toda la información que le des, sea buena o sea mala. Trata de que lo que le enseñes sea bueno y que permita que su vida sea feliz, positiva y exitosa.