Madres que trabajan fuera de casa, ¿Mamás ausentes y a medio tiempo?
Diversos motivos mueven a las mamás a trabajar fuera de casa, siendo los más comunes la necesidad de aportar económicamente al hogar, el deseo de proveer a los hijos dignamente y el anhelo de mejorar sus vidas. A esta realidad no le podemos restar el alto índice de madres solteras que por no contar con el apoyo de los padres de sus hijos deben asumir -solas- todos los gastos económicos de estos conjuntamente con los de la casa.
Dentro de la absurda guerra entre mamás que podemos advertir en las redes sociales (y fuera de ellas), uno de los temas de discusión que más resalta es precisamente ese: madres que trabajan fuera de casa. Por lo general, estas suelen ser duramente juzgadas por algunas de las que han optado por quedarse en el hogar para cuidar a sus hijos -decisión totalmente válida y que igualmente aplaudo, pues cada una es libre de hacer lo que entienda mejor para sí misma y sus retoños-.
En inmumerables ocasiones han sido -y continúan siendo- acusadas de estar ausentes en la vida de sus hijos, de descuidar a su pareja y hogar, de ser egoístas, ambiciosas, con prioridades desvirtuadas, de tener a su familia en un segundo plano, etc.
Lo que muchas de las que las señalan ignoran es lo difícil que se les hace tener que dejar a sus pequeños en brazos de otras personas y confiarles a quienes probablemente no conocen muy bien el cuidado de aquellos que más aman. Ellas tienen que lidiar día a día con sentimientos de culpa (mientras más pequeños los hijos peor es) y hasta llegan a pensar en ocasiones que los han dejado abandonados.
Estas mamás batallan constantemente con el llamado del deber y con el corazón partido. Ellas no quisieran escuchar más a sus pequeños llorar al verlas partir y no ven la hora en la que alegres gritan con tanto amor y emoción: ¡llegó mi mami! o ¡mamá, llegaste; ¿qué me trajiste?”. Es en virtud de esta cara de la moneda que he querido compartirles mi opinión desde mi experiencia como hija de una mujer que toda la vida ha trabajado fuera del hogar.
Tengo muy vivo los recuerdos de cuando mami salía por las mañanas a su trabajo. Digo que tengo los recuerdos muy vivos porque aún grandecita lloraba su partida y esperaba su llegada con tantas ansías y alegría. Cada llamada que ella hacía a la casa durante su jornada me regocijaba de gran manera; siempre preguntando si habíamos comido, hecho la tarea, bañado, etc.
Yo le doy muchas gracias a Dios por mi madre -una mujer muy luchadora- que me ha enseñado el valor del trabajo honrado y que también me ha inculcado el amor y el respeto por él. De ella aprendí a buscar con honor lo propio sin aspirar o esperar a que alguien más me de lo que yo misma puedo obtener con sacrificio, decoro y preparación. De igual forma, me ha dado el mejor ejemplo de superación humana y académica y, con su accionar, me empuja a dar todo de mí en cada desafío que emprendo.
Si bien es cierto que las mamás que trabajan fuera de casa no están todo el tiempo con sus hijos, no es menos cierto que madres como la mía nunca han estado ausentes. Ella siempre llegaba “corriendo” a mis actividades y a las de mis hermanos, pero llegaba, y eso nunca lo olvidaré, ni tampoco todo el sacrificio que hizo y aún hace para darnos a nosotros sus hijos el ejemplo de trabajo digno, así como una mejor calidad de vida.
Ver el crecimiento de mi madre en la actividad que desempeña, su excelencia y entrega, sencillamente me llena de orgullo. Para mí ella es una mujer muy loable, meritoria, guerrera y extraordinaria. Hoy, siendo adulta, puedo decir que la mejor herencia es la que me ha transmitido: trabajar con honradez.
Bendigo a todas las madres que tienen que apretarse el corazón para buscar fuera el sustento de su familia; por esas que después de batallar durante todo el día llegan a casa con una sonrisa, dispuestas a compartir con los suyos y a hacer tareas del hogar, no obstante todo el cansancio que llevan sobre sus hombros.
Gracias a todas las mamitas que sufren rotura de corazón cada mañana al dejar a sus hijitos para salir a trabajar, ¡ustedes también son madres presentes y a tiempo completo!