Cómo utilizar efectivamente tus palabras
Este no es un tema nuevo para el blog. En una ocasión escribí sobre el efecto de las PALABRAS sobre la vida de los demás y las consecuencias que pueden tener. Hoy considero muy importante que volvamos a tocar este tema, a fin de poder profundizar en ellas y reflexionar para saber si debemos mejorar nuestra forma de externarlas.
Las palabras son más que una herramienta de expresión oral de nuestros deseos, ideas, necesidades, pensamientos o temores. Son más que un medio para transmitir información. Las palabras son un canal de influencia sobre la vida de quienes las escuchan y sobre nosotros mismos.
Las palabras tienen el poder de construir o destruir; de levantar o derribar; de apoyar o de dañar; de sanar o de herir a muerte.
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Estas afectan no tan solo a quien las escucha, sino a quien las pronuncia. Pues lo que dices, habla más de ti y lo que eres, que de la persona a quien se las dices. Además, de que las palabras, aún sea a modo de relajo o broma, van calando en nuestro subconsciente como si fueran verdad, y ese pensamiento va creando nuestra realidad y va determinando nuestras acciones.
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Utilizar las palabras a la ligera, sin considerar el efecto que estas producen, es una irresponsabilidad garrafal que va produciendo en los demás el mismo efecto de la hierba que se pisa constantemente, SE DEFORMA y queda con MARCAS IMBORRABLES.
Cualquier forma verbal de desvalorización, de desprecio, de burla, va lacerando la salud emocional de las personas, afectando, considerablemente, su autoestima y condicionando su futuro.
[symple_box color=”blue” fade_in=”false” float=”center” text_align=”left” width=””]La forma de hablar, el tono de voz que usamos, los vocablos que utilizamos afectan nuestra forma de proyectarnos a los demás y determina el cómo nos perciben. Cuidar el lenguaje es asegurarnos de utilizar nuestras palabras para construir en el otro cimientos de amor, paz y crecimiento, comunicándonos de manera constructiva, eficiente y transparente; evitando usarlas como desahogo para dañar a los demás.[/symple_box]
En el caso de los niños, si queremos ser padres efectivos, debemos perseguir que nuestras palabras sean un decreto de bendición y abundancia sobre nuestros hijos, preguntándonos el qué, el cómo, el cuándo, le hablamos a nuestros hijos o delante de ellos sobre otras personas.
Cuidar nuestra forma de expresión es un ejercicio de salud psicológica con grandes efectos positivos sobre los demás y sobre nuestra propia mente.
¿Cómo las estás utilizando? ¿Cómo arma para el bien o para el mal? Define como las utilizarás de aquí en delante de una forma más consciente. Te di muchas razones para que no haya excusas para comenzar hoy mismo.
Hasta el próximo post,
Con amor, Bianna ♥