La Circuncisión ¿Gusto o necesidad?
La circuncisión es un procedimiento quirúrgico muy antiguo, aplicado al órgano sexual masculino que consiste en la remoción del prepucio (piel que recubre el glande). Este procedimiento, considerado una cirugía menor, es ambulatorio y suele tardar de 30 a 40 minutos en realizarse.
En muchos países se realiza por motivos religiosos, sobretodo en el pueblo judío y musulmán, ya que ven este procedimiento como una especie de sello que diferencia al pueblo de Dios del resto del mundo. El estar circuncidado era señal de que el pacto entre Dios y el pueblo se había cumplido.
En la actualidad más que por motivos religiosos, se realiza la circuncisión por los beneficios que ofrece y cómo solución a ciertos problemas de salud como la fimosis (estrechez de la abertura del prepucio que impide descubrir el glande total o parcialmente) y balanopostitis (inflamación del glande y del prepucio), que suelen presentar algunos niños al nacer o que se presenta durante los primeros años de vida.
Es normal que algunos médicos nos indiquen que le hagamos el ejercicio de retraer de manera forzada el prepucio a nuestro pequeños cuando están recién nacidos, para evitar en cierta forma estos problemas, pero la verdad es que este procedimiento es doloroso y en ocasiones puede causar daños como son sangrado, hinchazón en el pene, dolor al momento de orinar y escozor.
Los bebés desde que nacen tienen la piel adherida al glande para evitar irritaciones por el contacto con la orina, las heces fecales, etc. Además, tienen un anillo de piel bastante rígido que impide la retracción, que va desapareciendo con el paso del tiempo. Normalmente de 2 a 4 años esta rigidez desaparece y el prepucio puede retraerse de forma natural sin necesidad de poner a sufrir tanto a nuestros peques. En otros no sucede por lo que en esos momentos es aconsejable la circuncisión.
Según el artículo “Manejo conservador del prepucio”, de JM Garat, el porcentaje de niños a los que se les puede retraer el prepucio al nacimiento es de un 4%. Al año de vida, al 50% de los niños. A los 2 años, el 75%. A los 3 años, el 90%. A los 4 años, el 91% y a los 5 años el 92%.
Por otro lado, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos en su enciclopedia MedlinePlus en las recomendaciones para el cuidado del pene (incircunciso) nos dice:
Un bebé con un pene incircunciso no necesita cuidados especiales. El baño normal es suficiente para mantenerlo limpio.
No retraiga el prepucio para realizar la limpieza en bebés y niños. Esto puede lesionar el prepucio, causando fisuras en el anillo prepucial y causar cicatrización con fibrosis, lo cual podría hacer que jalar hacia atrás el prepucio sea doloroso y difícil más adelante en la vida. Al sufrir estos daños, el pene del niño pierde la posibilidad natural que tenía para que a los dos años abriera solo, ahora estaría obligado a realizar la circuncisión.
A los niños adolescentes se les debe enseñar a retraer con suavidad el prepucio durante el baño y a limpiar bien el pene. Es muy importante recolocar el prepucio sobre la cabeza del pene después de la limpieza. De lo contrario, el prepucio puede apretar ligeramente la cabeza del pene, produciendo hinchazón y dolor (parafimosis). En este caso se requiere atención médica.
Esta cirugía debe ser realizada por especialistas del área infantil como los urólogos pediatras y cirujanos pediatras. Por lo delicado de los bebés, es normalmente indicada si es necesario a niños de 2 años en adelante por los riesgos que implica una anestesia general.
En el caso de niños luego de los 8 años y adultos, los médicos optan por anestesia local al momento de realizar la intervención.
El tiempo de recuperación es de unos 10 días en promedio.
¿Cuáles son los beneficios de la circuncisión?
- Mejora la higiene
- Disminuye las infecciones de vías urinarias.
- Existe menor posibilidad de acumulación de esmegma, llamado comúnmente ‘sebo’”, que es una de las razones de infecciones frecuentes.
- Menos trastornos al momento de la primera relación sexual
- Disminuye el riesgo de contraer cáncer de próstata y cáncer de pene
- Ayuda a proteger de las infecciones de transmisión sexual
Cuidados luego de la circunsición
Al momento de someter a mi hijo a esta cirugía hice mis investigaciones de lugar, consulté con varios pediatras y fui referida a un cirujano pediátrico y especialista cardiovascular muy bueno que me explicó el por qué en el caso de mi hijo, esta operación era necesaria.
Les realicé todos los estudios de lugar, entre ellos un ecocardiograma para ver como estaba su corazón y su estado general de salud.
Recuerdo como ahora esa sensación de desasosiego mientras esperaba en la sala de espera del área de cirugía, pues aunque esta operación es considerada menor, tiene sus riesgos, en especial porque al operar niños muy pequeños, lo ideal es aplicar anestesia general y ahí está el problema. Ese día tenía el corazón arrugado y los ojos llenos de lagrimas, pero sin embargo fui valiente y mi peque lo fue más.
El cirujano me explicó que cuando el niño saliera de cirugía y despertara luego del efecto de la anestesia, era probable que estuviera algo ansioso, desesperado, irritado y llorando mucho. En el caso de Bian, fue todo lo contrario, se despertó feliz, tranquilo y con ganas de irnos a casa.
El médico nos indicó una crema que cumplía las funciones de anestesia local, antibiótico y antiinflamatorio para aplicar en el glande y en el área de lo puntos. También me dijo que a las 6 horas le retirara las vendas que envolvían el área y así lo hice.
Lo que no me imaginé es el dolor que sienten un pequeño al retirar esta benda, por lo que por momentos quedé frizada sin saber como tratar a mi hijo, sin saber como tocar esa área para curarlo y sufriendo tanto como el.
Al pasar por este proceso quiero compartirte algunas recomendaciones para que el proceso de recuperación sea más rápido y efectivo:
- Al lavar usa Betadine o algún jabón desinfectante liquido que te indique el doctor.
- No frotes al área a la hora de lavar.
- No coloques pañal ni vistas al niño durante los días de recuperación. Yo esos días me quedé en mi casa, con la puerta trancada, para mantener la privacidad de mi hijo y dejándolo todo el tiempo desnudo. Prepara tu mente a que esos días debes dedicarlo por entero a estar con tu peque para ayudarlo en todo su proceso postoperatorio.
- A la hora de dormir, tampoco le coloques pañal y toma en cuenta que esos días deberás sacar el colchón a secar mucho al sol porque el bebé se orinará.
- Puedes colocar una plástico o algo impermeable debajo de la sabana de tu pequeño para evitar que se moje el colchón.
- Guíate por tu instinto maternal y aplica las técnicas que creas pueden facilitar el proceso de recuperación, pero siempre guíate también de los consejos del médico.
¿Qué pasa si le pongo pañal o calzoncillo en esta situación a mi hijo?
La tela del pañal o de la ropa se pueden adherir al glande, ocasionando que la piel que estaba surgiendo sea nuevamente removida y alargando el proceso de cicatrización y recuperación.
¿Cómo puedo retirar la ropa o el pañal a mi hijo cuando se ha adherido al glande?
La mejor manera es con agua tibia o solución salina (suero). Siéntalo con cuidado en una bañera de bebé y sumerge el área en agua tibia (que la temperatura sea tolerable para su piel) y comienza a retirar de a poco. En estas situaciones, te recomiendo tener un poco de ayuda de tu pareja, familiar o amigo ara evitar que el bebé se mueva mucho y empeore la situación.