El cambio comienza por ti
Reconocer que estamos mal, que nuestra postura no es la correcta y que con nuestras actitudes estamos transfiriendo patrones de conducta dolorosos, es el primer paso para cambiar y disponernos a ser lo mejor que podamos ser.
Este reconocimiento es difícil porque no siempre estamos dispuestos a dar un viaje hacia nuestro interior y descifrar nuestras emociones, aceptando aquello que no nos permite crecer ni ser felices, y que, posteriormente, no favorece la sanidad de las heridas del pasado.
Para lograr cambios duraderos, deberemos revisarnos a profundidad, concentrarnos y enfocarnos en realizar acciones paso a paso que nos permitan sanar.
Debemos estar conscientes de si esos cambios son sinceros, si son necesarios, prudentes y convenientes, pero, sobre todo, debemos estar dispuestos a salir de nuestra zona de confort que, en muchas ocasiones, es nuestra cárcel de oro.
Hay muchísimas razones por las cuales no queremos cambiar, sin embargo, reconocer que es lo que nos paraliza, es lo que nos permitirá comenzar a trabajar de manera efectiva para quitar las barreras que nos impiden ser nuestra mejor versión.
Algunos de estos factores son:
- No estar seguros de lo que queremos conseguir.
- No saber realmente lo que queremos o sus beneficios a largo plazo.
- No estar dispuestos a hacer lo que hay que hacer para cambiar.
- No visualizarnos logrando esa meta.
- Desconfiar de nuestras habilidades y nuestro poder.
- No querer cambiar.
Luego de determinar cuáles son las razones por las que nos estamos resistiendo al cambio, el segundo paso es Visualizarnos.
¿En qué consiste la visualización?
Este concepto nos plantea la idea de que para conseguir mejorar nuestra vida y alcanzar nuestras metas, debemos vernos como si ya fuéramos eso que queremos ser, debemos saborear las experiencias que podríamos vivir siendo lo que anhelamos ser y debemos experimentar las emociones que eso desencadenaría en nosotros.
Por ejemplo, si quieres ser una oradora reconocida internacionalmente, podrías comenzar por imaginarte estando en un pódium frente a un público maravilloso que disfruta de oírte compartir tus vivencias y conocimientos, podrías imaginar tu sentimiento de alegría y satisfacción al verte allí impactando tantas vidas. Incluso podrías imaginar cómo luces (tu físico, tu ropa, tu perfume y tu maquillaje). Todo esto te permitirá comenzar a tomar acción enfocada en un propósito claro.
El tercer paso es aceptar cuales malos hábitos o conductas debemos quitar de nuestras vidas si queremos llegar a convertirnos en eso que visualizamos.
Y el cuarto paso, identificar los disparadores de malas actitudes, de malos hábitos, de sentimientos negativos, y comenzar a disolverlos, ya sea por medio del distanciamiento o de medidas preventivas para evitar llegar al punto que queremos evitar.
Luego de que hagas todos esto, comenzarás a ver cambios sorprendentes en tu vida y en tus relaciones. Tu familia y todos los que amas se beneficiaran de tu nuevo yo y de manera inconsciente comenzarás a impactarlos.
Así que no te detengas si en algún momento recaes, sigue adelante, retoma lo que comenzaste, no te rindas.
Cuando hagas algo bien y sientas que estás alcanzando tu meta, reconócelo y prémiate. Establece cuáles son tus indicadores del éxito para así saber cuándo avanzas.
Identifica de que manera afectan la consecución de tu meta quienes te rodean, quiénes pueden ayudarte, quiénes pueden afectarte. Saber con quienes cuentas te permitirá crear una red de apoyo sincera que te de ánimos que te ayude a seguir cuando las fuerzas te abandonan.
Como ves, la única forma de cambiar el mundo es cambiándonos a nosotros mismos. Si nosotros mejoramos, todo nuestro entorno mejora.
No lo pienses más y lánzate por lo que quieres. ¡El cambio comienza por ti!