Crianza amorosa en tiempos de COVID
Según la pedagoga Astrid Henao, “la crianza amorosa no es más que reconocer al niño y a la niña como sujetos con derechos. Como seres particulares con una posibilidad de realización individual desde sus intereses y motivaciones”.
En el actual aislamiento es preocupante como dentro de los hogares, que deben ser los lugares más seguros para los niños, se ha incrementado de manera descomunal el trato violento hacia los niños y adolescentes. Entiendo que muchas de estas acciones se han detonado porque los padres están pasando por momentos de mucho estrés y ansiedad, pero ante estos factores, siempre lo ideal será buscar apoyo para poder comenzar a fluir con lo que hay.
Y la cuestión esencial o quid del asunto es que gran parte de la violencia intrafamiliar es motivada por las pautas de crianza tradicionales que se basan en el castigo físico y emocional, en la desigualdad en la relación entre niños y adultos y en las representaciones que se tienen sobre los roles de género y la autoridad, los cuales minimizan el poder de decisión y el derecho a expresarse de los niños.
En vista de esto, procuremos de forma consciente (no perfecta) que el cuidado, protección y educación de nuestros niños se dé desde el respeto y el afecto, y que a través del juego podamos fortalecer la crianza amorosa creando lazos fuertes con nuestros chicos.
Y como a veces creemos que criar amorosamente es dejar que los hijos hagan lo que quieran, aquí te comparto que NO es crianza amorosa:
- No poner límites o ser muy permisivos.
- Maltratar a nuestros hijos cuando nos piden atención.
- Insultar a nuestros hijos con palabras pesadas y dolorosas.
- Los castigos y los golpes.
- Los pellizcos, las nalgadas, empujones y jalones de oreja que violentan a los niñas, niños y adolescentes.
- Las comparaciones mal empleadas entre niños y niñas de la familia o del entorno cercano.
- Usar a los niños para protegernos obligándolos a hacer cosas que no quieren o a decir mentiras.
¿Qué SÍ es crianza amorosa?
- Elogiar y celebrar los pequeños y grandes logros de los niños. Así aprenderán a valorarse, a levantarse cuando se caen y a esforzase por alcanzar sus metas.
- Reconocer y respetar a los niños como actores válidos, que así como los adultos tienen derecho a expresarse y a enseñarnos muchas cosas.
- Mantener un trato amoroso y respetuoso con niños, niñas y adolescentes.
- Corregir y orientar con firmeza pero con respeto y dulzura, escuchando lo que nuestros hijos tienen que decir.
- Hablar desde el yo para no hacer sentir a nuestros hijos que deben hacer lo que les mandamos porque si. Por ejemplo: En vez de decir “Debiste haber hecho xxxx”, decir “Yo pienso que tal vez esto hubiera sido más efectivo xxxx “.
- Demostrar amor y afecto a través del cuidado integral de nuestros hijos.
- Procurar despertar la confianza de los niños en si mismos y en los demás.
- Elegir el momento y lugar adecuado para corregir es muy importante.
- Centrarse en la conducta positiva del niño, explicarle el por qué de las cosas y las consecuencias de sus actos.
- Evitar actuar bajo la ira o impulsivamente. Irte y respirar un momento fuera de la escena es un tip que siempre funciona.
- Evita atemorizar a tus hijos. Mejor hazle un llamado de atención con argumentos válidos que conecten con sus emociones y que les apoye a reconocer sus errores.
Cuéntame, ¿Qué opinas de este tema en los comentarios? ¡Espero atenta tu experiencia!
Con amor,
Bianna Peña ♥