Retos de la Crianza en Familias Monoparentales
Las familias monoparentales van en aumento y es un tema tan importante como delicado, que los padres y madres debemos conocer y saber cómo afrontarlo si nos toca criar en soledad. Solo en nuestro país, sin importar quién lleve la dirección del hogar, más del 40% de las familias son monoparentales.
La familia monoparental es aquella que está compuesta por un solo progenitor (padre o madre), y uno o varios hijos.
Son varias las razones por las que se forma una familia monoparental pueden generarse por condiciones materiales, psicológicas y sociales que viven estas familias; pueden ser causadas por viudez, por abandono de uno de los progenitores; por madre solterismo o padre solterismo; por separación o divorcio, por adopción a cargo de una sola persona adulta o por situaciones como emigración, encarcelamiento u hospitalización de uno de los progenitores.
Por la razón que sea, lo cierto es que la crianza se vuelve más retadora en este tipo de familias, por los desafíos emocionales, financieros y logísticos que enfrentas los padres y madres en esta situación. Estos desafíos varían de acuerdo con la edad de los hijos, pero en este escrito procuremos darte herramientas que, sin importar este criterio te puedan apoyar en el proceso. Entonces, ¿Qué necesitarás para lograrlo?
Herramientas
Mi historia de vida como herramienta para interpretar la realidad del sistema familiar: Identificar si mi historia familiar está impactando la forma en la que estoy criando a mis hijos.
Los patrones de conducta y estilos de crianza son transmitidos de generación en generación, nuestros padres aprenden de nuestros abuelos, y nos transmiten a nosotros valores, normas de conducta, reglas, límites, aspectos positivos, así como aspectos negativos. Debemos cuidar el proceso de crianza, porque es la base del desarrollo social y emocional de nuestros hijos e hijas.
Si fuimos criados en un ambiente de autoritarismo es muy probable que seamos más críticos y hasta en algún momento podamos mostrar una actitud amenazante, pues lo que hemos visto es la poca tolerancia de nuestros padres o tutores hacia nosotros. En este sentido, probablemente nuestros hijos nos obedecen por temor. Si fuimos criados por padres permisivos, es probable que nos cuete poner límites y nos preocupe la posible pérdida de aceptación por parte de nuestros hijos si no los complacemos, y sin saberlo estamos fomentando en ellos la dependencia, inseguridad e intolerancia.
Mientras que si nuestros padres o tutores nos criaron mostrándonos que eran justos, objetivos, amorosos, comunicativos y equilibrados (comportamiento asertivo), es muy probable que así criemos a nuestros hijos, siendo este último por lo que es el mejor modelo de enseñanza para influenciar en el éxito de nuestros hijos.
Esto toma aún más importancia en familias monoparentales donde toda la carga de la crianza recae sobre uno de los padres, junto a los demás roles que debe desempeñar.
Inteligencia Emocional
Desde muy temprana edad escuchamos la expresión “no podemos dar lo que no tenemos”, de ahí que debamos cuidar y continuar desarrollando nuestra inteligencia emocional para hacer frente a los desafíos que represente criar en soledad. Desde la mirada de Daniel Goleman, la inteligencia emocional nos permite sentir, entender, manejar y hasta modificar los estados de animo propios y los de otros. Veamos como se divide este tipo de inteligencia:
- Inteligencia intrapersonal, allí se encuentra la autoconciencia, tiene que ver con lo consiente que soy de mis estados internos, el control emocional que refiere a cuanto puedo dominar mi impulsividad y la capacidad de auto motivación, esa fuerza interna que me impulsa hacia una acción.
- Inteligencia interpersonal, una vez conseguimos dominar los temas internos, propios de la inteligencia intrapersonal estamos listos para desarrollar estos aspectos, relacionados a la empatía, cuando entiendo lo que otro individuo siente y respondo en consecuencia y las habilidades sociales que me permiten establecer relaciones con los demás de forma sana.
Comunicación No violenta
La comunicación no violenta se basa en la idea de que todos los seres humanos tienen la capacidad de compasión, y solamente recurren a la violencia o al comportamiento que daña a otros cuando no reconocen estrategias más efectivas para satisfacer sus necesidades. Este modelo de comunicación fue desarrollado por Marshall Rosenberg y consta de 4 pasos:
- Observación: observar sin evaluar.
- Identificar y expresar sentimientos: nombrar o identificar de manera clara y especifica nuestras emociones, para conectar con los demás.
- Necesidades (metas o deseos): reconociendo las necesidades detrás de nuestros sentimientos.
- Petición: Pedir aquello que enriquecería la vida.
¿Cuáles de estos retos estás enfrentando actualmente?
Artículo escrito por nuestra colaboradora:
Por Yojani López
Mas Humanos Consulting
@mashumanosrd