Donde hay curiosidad, fluye el conocimiento
Una de esas noches en la que aprovecho para leer y poner a flote la creatividad mientras mi bebé y mi esposo duermen me encontré con una iniciativa que lleva a cabo el Colegio Ramón y Cajal (España).
Esta iniciativa lúdica y educativa que lleva por nombre El Gabinete de la Curiosidad me fascinó porque pretende despertar la curiosidad de los niños poniéndolos en contacto con objetos y ambientes de los cuales al sentirse participes les motive a preguntar y a buscar respuestas de lo que les rodea.
El Gabinete está inspirado en los antiguos gabinetes o cuartos de curiosidades (Wunderkammer), que a partir del S. XVII comenzaron a ser frecuentes entre científicos, viajeros o aristócratas aficionados a las ciencias o a las humanidades. Eran colecciones enciclopédicas, que aspiraban a representar la diversidad del teatro del mundo, mediante la acumulación de objetos que cobraban sentido al exponerse en conjunto. El valor de las piezas se basaba en la historia que tenían detrás. En esas cámaras nacen los Museos modernos y las Sociedades Científicas que hoy en día son imprescindibles para la gestión y difusión del conocimiento de cualquier índole.
Sobre este concepto el Colegio Ramón y Cajal ha construido su propio Gabinete, orientado a los niños y adaptado a las condiciones de intercambio del saber en nuestros días. Un proyecto educativo que involucra al profesorado y los alumnos en la creación de un espacio informal de conocimiento que se desarrolla en dos ámbitos: el Gabinete real y el virtual.
El Gabinete real es un armario móvil, un mueble sorpresa, que recorre diferentes lugares de la ciudad de Madrid mostrando espacios de ocio y cultura que puedan congregar a su alrededor a un público infantil. Cuando este armario se abre revela decenas de objetos en exposición que captan la atención de los niños y se convierten en la excusa para contar historias apasionantes, anécdotas divertidas y curiosas que estimulan su curiosidad y sus ganas de querer saber más. Se conforma así esta experiencia educativa maravillosa basada en la forma de transmisión de conocimiento a través de las historias que nos contamos unos a otros. Todas las actividades están enfocadas a grupos de niños en un rango de edad entre 5 y 10 años. La colección es algo vivo que aspira a crecer día a día, por tanto los objetos en exposición pueden ir cambiando en función del criterio del colegio y de los lugares donde se exponga el gabinete.
Lo más fascinante es que en este armario caben todo tipo de temas, desde filosofía, matemáticas hasta artes o cualquier otra disciplina.
Para darle participación y expandir este proyecto en el medio online se ha creado el Gabinete virtual como una réplica del real para poder compartir el contenido novedoso del que disponen, teniendo capacidad ilimitada para acoger contenidos y abriendo las “gavetas” a personas de todo el mundo de que puedan aportar para agrandar esta base de datos.
Este proyecto sirve de inspiración y nos orienta sobre formas novedosas de fomentar el aprendizaje en nuestros hijos e incluso nos motiva a preguntarnos y preocuparnos más por la manera en la que nosotros como padres estamos haciendo nuestro trabajo. Este proyecto se puede aplicar hasta en nuestros hogares, pudiendo utilizar laminas, enciclopedias didácticas, vídeos animados, y muchísimas más herramientas que están a nuestro alcance pero que a veces no les sacamos todo su provecho.
Es hora de despertar, es hora de recapacitar, es hora de poner de nuestra parte y ser guías positivos para nuestros hijos, para su buen desarrollo psicosocial e intelectual porque, a fin de cuentas, como padres (buenos padres) todos queremos lo mejor para ellos y lo mejor es que los ayudemos a crecer independientes, felices y plenos.