Cómo criar niños colaboradores y obedientes
La excesiva permisividad, la hiperprotección y la falta de límites bien marcados están ocasionando graves problemas de obediencia en los niños, los cuales por carecer de reglas claras que deban respetar, que les enseñen cómo regirse en su entorno y cómo armonizar con los demás, crecen sintiéndose desorientados, inseguros, pocos queridos e infelices.
Enseñar obediencia es una tarea muy delicada que requiere de nuestra dedicación, nuestro tiempo y mucha paciencia.
Sentar las bases para que un niño sea colaborador y obediente comienza desde que el niño nace y se desarrolla durante el primer año de vida, cuando los padres son capaces de satisfacer sus necesidades y demandas a tiempo y con amor, cuidándolo, alimentándolo cuando tiene hambre, arrullándolo cuando llora, haciéndolo sentir seguro y querido.
A medida que vayan pasando los meses, comenzaremos a establecer reglas y normas que le enseñaremos a nuestros hijos con el objetivo de que las sigan, las respeten y que aprendan a interactuar de manera armónica con los demás.
Alimentar la voluntad de un niño y no doblegarlo es la base para generar confianza, cooperación y compasión. Al final, eso es lo que todos los padres queremos.
Los niños obedientes en ocasiones reprimen sus emociones por complacer los gustos de los demás. Mientras que los niños colaboradores, mantienen su esencia, pero quieren colaborar y ayudar porque así lo dicta su conciencia y su corazón.
¿Por qué le cuesta obedecer?
Algunos factores que pueden hacer que al niño le cueste obedecer son:
- Se siente frustrado cuando debe dejar lo que hace para complacer la voluntad de papá y mamá y se revela.
- Le cuesta cambiar de ambiente o situación.
- Miedo a la separación de sus padres. Esta es una de las razones por la que, a veces, no quieren ir al colegio, no quieren quedarse con los abuelos o no quieren ir a la guardería.
- Miedo a lo desconocido.
- Siente una gran necesidad de tocar, de explorar y descubrir lo que le rodea. Todo le resulta interesante.
- No entiende lo que esperamos de él puesto que le hacemos muchas peticiones juntas o no tenemos reglas claras.
¿En dónde se encuentra la clave para criar un niño colaborador?
Esta es una de las lecciones primordiales que todo padre debe tomar en cuenta si quiere crear una relación de confianza, respeto y valoración con sus hijos. El libro “Los Niños vienen del Cielo” de John Gray, lo explica muy bien.
Esta frase se podría aplicar al hecho de que cuando los niños son bebés, dependen totalmente de nosotros y, por ende, necesita de nuestro apoyo, nuestro regazo y nuestro amor para crecer saludables y con una identidad propia y arraigada. Cuando nosotros les damos lo que los niños realmente necesitan, ellos colaborarán y obedecerán porque les nacerá y no tendremos que obligarlos.
A continuación, te compartiré algunas estrategias para criar niños más colaboradores:
Mira a tu hijo a los ojos cuando le hables
Para captar la atención de tu hijo cuando está entretenido o no te quiere prestar atención, acércate a el, sostenle la mano, cargalo o tócalo por el hombro y háblale mirándole a los ojos, en tono dulce y pero firme (Ej. ¡Nos vamos!).
Evita utilizar frases interrogativas (Ej. ¿Nos vamos?) ya que entre el primer y el tercer año tu hijo está en la fase del descubrimiento del “yo” y tiende a oponerse a todas las órdenes que les damos con el objetivo de afianzar su personalidad
Adapta los mandatos al carácter de tu hijo
Para conseguir que nuestros hijos sean más colaboradores y obedezcan a nuestras peticiones, es importante adaptarnos a su carácter. Por ejemplo:
- Niño con temperamento fuerte: Explícale el porqué de las normas, dale un margen para que tome decisiones y háblale firme y sin titubeos.
- Niño irritable: Busca la forma de tranquilizarlo, dale pocas ordenes y sé preciso en ellas.
- Niño muy obediente: Con este tipo de niños, no debemos esforzarnos mucho, ya que son niños que se esmeran en colaborar y ser buenos. Para fomentar que esto siga ocurriendo, hazle saber lo contenta que estás con él, lo orgullosa que te hace sentir que haga tal o cual cosa, sé agradecido, hazlo sentir querido y valorado.
- Niño hiperactivo: A este tipo de niños les cuesta prestar atención y tienden a actuar sin pensarlo. Por ello, es importante establecer normas claras y constantes, con enunciados sencillos y en un entorno tranquilo.
Explícale el motivo de tu petición
Será más fácil que tus hijos sigan tus ordenes si entienden el porqué. Si el niño no recibe ninguna explicación, tu petición puede parecerle arbitraria y generarle deseos de desobedecer. En cambio, si le explicas cuáles son los motivos de tu solicitud, sabrá el porqué y podrá entender lo bueno y lo malo de su conducta.
Siempre diles la verdad, con autoridad, con firmeza pero sin dejar de lado la comprensión y la paciencia.
Mantente firme en tu decisión
Independientemente del berrinche, de las excusas y las razones que te plantee tu hijo, mantente firme en tu decisión. Que tus “no” siempre sean “no”. Escuchalo pero hazle saber que tu respuesta sigue siendo la misma.
La repetición de las reglas debe ser una constante en el día a día, sobre todo entre los 12 y los 30 meses de edad, para que poco a poco el niño vaya interiorizándolas y las acepte como parte de su rutina.
Aplica consecuencias a los malos actos
Si prometiste aplicar una consecuencia luego de un aviso, cumple con esta. Si le demuestras a tu hijo que cuando no sigue tus consejos o avisos pasa algo, te prestará más atención e irá aprendiendo a colaborar. Lo importante es que la consecuencia se establezca justo después de que el niño haya desobedecido. Si esperas al día siguiente el niño no sabrá por qué lo estás castigando o reprendiendo.
Las consecuencias deben ser proporcionales a su actitud y a su edad. ¡No lo olvides!
Ten claro los límites
Los límites son necesarios para el correcto desarrollo psicosocial y emocional de los niños. Los límites le dan seguridad a los niños, afianzan su personalidad, le ayudan a armonizar con su ambiente y con las demás personas. Si estos no están claros, no podremos transmitírselos a nuestros hijos de forma efectiva.
Los límites no son negociables. Recuerda que la última palabra la tienes tú.
Toma en cuenta:
- Actuar con autoridad
- No le grites
- Ten una actitud más decidida
Enséñale a tener paciencia
Entre el primer y el segundo año tu hijo no conoce la diferencia entre ahora y después, por lo que no será fácil entender por qué deberá esperar o por qué no podrá hacer ciertas cosas.
Para controlar esos ataques de ansiedad, acostúmbrale a pequeñas esperas, háblale claro de los momentos adecuados en los que se puede hacer eso que pide, establece contadores para que el aprenda a identificar la duración de las pausas,.
Aguanta sus rabietas con calma
Entre los 18 y 36 meses, las rabietas son totalmente normales. Son la forma en la que los niños expresan sus sentimientos de frustración, los cuales aún no saben expresar claramente con palabras.
Cuando afrontes una rabieta o berrinche mantén la calma y actúa con firmeza, con paciencia y mansedumbre. Así tu hijo podrá ver que esa actitud no es la mejor y que no surte ningún efecto positivo, de modo que comenzará a descubrir nuevas maneras de expresar sus deseos y su emociones.
Si sientes que vas a perder la calma aléjate un poco y déjalo a solas unos minutos, llévalo a su cuarto o a la silla de pensar. El tiempo ideal para dejarlo a solas para que recapacite y se calme es 1 minuto por cada año de edad. Esta técnica, bien detallada en el libro “Los Niños vienen del Cielo” de John Gray, les permitirá a los dos relajarse y calmarse antes de actuar.
Promete cosas que puedas cumplir
Prometer cosas que no podrás cumplir solo hará que tu hijo no sepa que puede esperar verdaderamente de ti y le hará perder la confianza y la seguridad. Es mejor que hagas pocas promesas, pero que las cumplas, ya que esto le facilitará la obediencia, sabrá que puede contar contigo y estará más abierto a colaborar.
¿Qué otras estrategias compartirías para criar niños más obedientes y dispuestos a colaborar?