Beneficios del ajo durante el embarazo
Desde los tiempos antiguos, los médicos ya conocían los beneficios del ajo y lo utilizaban como medicina alternativa para combatir un sinnúmero de enfermedades. Hoy en día, muchas investigaciones científicas han corroborado muchos de los beneficios de este “superalimento” que forma parte importante de las principales culturas a nivel mundial y que adereza nuestros platos dándole ese toque de sabor irresistible y ese olor tan agradable.
Esta deliciosa hortaliza es rico en un compuesto de azufre llamado alicina, del que se cree es el responsable de todos los beneficios que aporta a nuestra salud.
Entre sus beneficios más importantes, cabe resaltar sus propiedades antibióticas capaces de eliminar las bacterias de nuestro organismo. Y cuando hablo de bacterias, también me refiero a aquellas que producen las molestas infecciones urinarias y vaginales que se presentan durante el embarazo.
Las infecciones durante el embarazo son muy frecuentes e incluso podrían considerarse normales. Sin embargo, precisamente por el estado de gestación no es posible consumir todo tipo de medicamentos, lo que imposibilita un correcto tratamiento, que no afecte el sano desarrollo de nuestro bebé.
Es por eso que irnos a lo natural siempre es la mejor opción.
¿O no?
La magia del ajo
Con este poderoso alimento se puede tratar naturalmente la presión arterial alta, el reumatismo, las infecciones, los cólicos provocados por parásitos, evita la acidez estomacal, reduce el agotamiento físico, las diarreas, las enfermedades nerviosas, estados depresivos; además de que actúa como un potente estimulante del apetito, ayuda a tener una buena digestión, activa la circulación ayudando al buen funcionamiento del corazón y es un buen protector del hígado y la vesícula, manteniéndolos saludables y fuertes.
Consumir el ajo en ayunas nos ayuda a desintoxicar el organismo, además de que si se toma de manera continua y a largo plazo podemos prevenir ciertos tipos de cáncer, el Alzheimer y reduce los niveles de azúcar en sangre evitando la diabetes. ¡Males muy comunes actualmente!
El ajo no provoca abortos, siempre y cuando se consuma de forma moderada y en cantidades racionales. La dosis mínima eficaz para lograr efectos terapéuticos es consumir un diente de ajo con las comidas, 2 o 3 veces al día. Debemos consumirlo preferiblemente crudo, picado o machacado.
Durante el embarazo, el ajo es ayuda idónea en la prevención de todo lo anterior expuesto, además de que previene las varices, el colesterol alto y cura las infecciones ocasionadas por hongos.
Al consumirse luego del parto, favorece la cicatrización de la cesárea o la episiotomía, previene los desgarros perineales y las lesiones en los pezones.
Al ser antibiótico, el ajo es excelente para usar para combatir el acné que puede provocarnos el aumento de hormonas durante el embarazo. Solo debes partir el diento de ajo y aplicar de forma localizada sobre cada granito. Preferiblemente usar este remedio por las noches para que actúe más activamente y la piel se renueve más rápido.
También puede usarlo aunque no estés embarazada. ¡Tranquila! 😀
Toma en cuenta que no debes abusar de su consumo, pese a todos sus beneficios, ya que pueden llegar a producirse efectos negativos como mal aliento, dermatitis, alergias, acidez estomacal, flatulencias, vómitos y diarrea.
Si no eres muy amante de tomarlo natural, puedes optar por los comprimidos naturales que venden en muchas tiendas de suplementos alimenticios. El beneficio es prácticamente igual.
Puedes combatir el olor que te deja el consumo del ajo consumiendo jugo de limón o masticando hojas de menta. Aunque ese aroma se va a los pocos minutos, así que no dejes que eso te impida consumir este maravilloso regalo de la naturaleza.
Cualquier duda que tengas sobre lo que debes comer o no durante tu embarazo, consulta a tu doctor.