infecciones vaginales

Infecciones vaginales durante el embarazo

Las hormonas de la mujer cambian durante el embarazo. Esto altera el estado natural de la vagina y de la vulva, modificando su pH, su grado de lubricación, la composición del flujo vaginal e incluso su morfología (los labios se vuelven más gruesos, la mucosa vaginal está más hidratada y esponjosa y aumenta la vascularización).

Por todo ello, es frecuente que aparezcan  infecciones vaginales y vulvares, conocidas como vaginitis.

¿Qué infecciones vaginales son más comunes?

Las infecciones más frecuentes, y también las más leves, son las producidas por hongos, y dentro de ellas las causadas por Cándidas, pero también puede haber infecciones de origen bacteriano o vírico.

La candidiasis vaginal es un tipo común de infección vaginal que es particularmente común en las mujeres embarazadas. Esta infección —también denominada vaginitis candidiásica— es ocasionada por hongos microscópicos del género candida, en particular los candida albicans.

Muchos de los microorganismos que provocan las vaginitis conviven con las mujeres de manera natural, sin provocar ningún tipo de sintomatología, porque las defensas los mantienen a raya, pero en determinadas circunstancias (como el embarazo, o una bajada de defensas por cualquier razón), nos provocan la infección. Durante el embarazo, el alto nivel de la hormona estrógeno causa que tu vagina produzca más glucógeno, y esto a su vez facilita que los hongos candida, crezcan ahí.

¿Afectan al feto las infecciones vaginales?

La mayoría de las infecciones vaginales no originan lesiones en el feto, pero siempre debemos consultar los síntomas con el médico para diagnosticarlas a tiempo y aplicar un tratamiento. No obstante, si tienes una infección durante el momento del parto, existe la posibilidad de que el bebé la contraiga. Si la contrae, pueden salirle hongos del género candida en la boca, lo que se conoce como candidiasis bucal.  La candidiasis bucal se caracteriza por presentar manchas blancas en los lados de la boca, en el paladar y a veces en la lengua. No es grave y se trata fácilmente.

Los síntomas de una infección vaginal: cómo reconocerla

  • Picazón, irritación, dolor, ardor y enrojecimiento de la vagina y los labios vaginales y a veces hinchazón.
  • Un flujo vaginal inodoro que a menudo es de color blanco, cremoso o de consistencia similar a la leche cuajada.
  • Incomodidad o dolor durante las relaciones sexuales.
  • Ardor al orinar cuando la orina roza los genitales ya irritados.
  • también podemos ver algún tipo de erupción (granitos, vesículas o enrojecimiento).

Tratamiento

Si tenemos estos síntomas, debemos acudir a nuestro ginecólogo para que nos prescriba el tratamiento adecuado. Si habitualmente no debemos automedicarnos, durante el embarazo hay que ser más cuidadosas todavía (incluso se desaconsejan las cremas de uso externo). Todo lo que se utilice, hay que consultarlo con el médico.

Las cremas y los supositorios que contienen clotrimazol son más efectivos que los que tienen nistatina, para tratar la mayoría de las infecciones por cándida.

Necesitarás insertar la crema o supositorio dentro de tu vagina por siete días seguidos, de preferencia cuando te duermas por la noche, para evitar que se salga. Los tratamientos más cortos que hayas seguido antes puede que no sean tan efectivos ahora que estás embarazada. Es además recomendable aplicar un poco de crema antihongos en el área justo fuera de la vagina.

Si la medicación te irrita o no parece producir ningún efecto, díselo a tu médico.

La prevención, lo más importante

Ciertos hábitos de vida, como el exceso de higiene o la ropa interior muy ajustada, pueden aumentar el riesgo de una infección vaginal. descubre cómo evitarlas en este artículo:

  • Utiliza ropa interior de algodón que sea absorbente y evita las pantimedias y los pantalones ajustados, especialmente los sintéticos.
  • Quítate de inmediato el traje de baño húmedo después de nadar, y cámbiate la ropa interior luego de hacer ejercicio si has sudado.
  • Intenta dormir sin ropa interior por la noche para que se ventile tu área genital. Usa un camisón, ya que permitirá que circule más aire que una pijama.
  • Evita los baños de burbujas, los jabones perfumados y el detergente para lavar la ropa perfumado y los productos en aerosol (spray) para la higiene femenina. No está comprobado que estos artículos contribuyan a la candidiasis vaginal, pero pueden causar irritación genital molesta y es mejor evitarlos.
  • Limpia la zona genital suavemente con agua tibia. No te des duchas vaginales.
  • Límpiate siempre desde delante hacia atrás después de orinar y evacuar.
  • Come yogur que contenga cultivo vivo de Lactobacillus acidophilus, que, en teoría, puede ayudarte a mantener el equilibrio bacteriano en los intestinos y la vagina.